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Los tres pilares de los agentes de software modernos
En el contexto de las plataformas actuales impulsadas por la IA, las arquitecturas de microservicios y los sistemas basados en eventos, los agentes de software se pueden definir mediante tres principios interdependientes que los distinguen de los servicios estándar o los scripts de automatización: autonomía, asincronicidad y agencia. En la siguiente ilustración y en los diagramas siguientes, el triángulo representa estos tres pilares de los agentes de software modernos.
Autonomía
Los agentes modernos operan de forma independiente. Toman decisiones basadas en el estado interno y el contexto ambiental sin requerir indicaciones humanas. Esto les permite reaccionar ante los datos en tiempo real, gestionar su propio ciclo de vida y ajustar su comportamiento en función de los objetivos y los datos de la situación.
La autonomía es la base del comportamiento de los agentes. Permite a los agentes funcionar sin supervisión continua ni flujos de control codificados.
Asincronía
Los agentes son fundamentalmente asíncronos. Esto significa que responden a los eventos, señales y estímulos a medida que se producen, sin depender del bloqueo de llamadas o de flujos de trabajo lineales. Esta característica permite una comunicación escalable y sin bloqueos, una capacidad de respuesta en entornos distribuidos y un acoplamiento flexible entre los componentes.
Gracias a la asincronicidad, los agentes pueden participar en los sistemas en tiempo real y coordinarse con otros servicios o agentes de forma fluida y eficiente.
La agencia como principio definitorio
La autonomía y la asincronía son necesarias, pero estas características por sí solas no son suficientes para convertir un sistema en un verdadero agente de software. El diferenciador fundamental es la agencia, que introduce:
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Comportamiento dirigido a objetivos: los agentes persiguen objetivos y evalúan el progreso hacia ellos.
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Toma de decisiones: los agentes evalúan las opciones y eligen las acciones en función de las reglas, los modelos o las políticas aprendidas.
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Intención delegada: los agentes actúan en nombre de una persona, un sistema u organización y tienen un propósito incorporado.
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Razonamiento contextual: los agentes incorporan la memoria o los modelos de su entorno para guiar el comportamiento de forma inteligente.
Un sistema autónomo y asíncrono podría seguir siendo un servicio reactivo. Lo que lo convierte en un agente de software es su capacidad de actuar con intención y propósito, de ser agente.
Agencia con propósito
Los principios de autonomía, asincronicidad y agencia permiten que los sistemas funcionen de forma inteligente, adaptativa e independiente en entornos distribuidos. Estos principios se basan en décadas de evolución conceptual y arquitectónica, y ahora sustentan muchos de los sistemas de IA más avanzados que se están creando en la actualidad.
En esta nueva era de IA generativa, orquestación orientada a objetivos y colaboración entre múltiples agentes, es esencial entender qué hace que un agente de software sea verdaderamente agente. Reconocer la agencia como la característica que nos define nos ayuda a ir más allá de la automatización y adentrarnos en el ámbito de la inteligencia autónoma con un propósito.